El hombre que tiene amigos, ha de mostrarse amigo: Y amigo hay más conjunto que el hermano.
Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará á su compañero: mas ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán; mas ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra el uno, dos estarán contra él; y cordón de tres dobleces no presto se rompe.
Nadie tiene mayor amor que este, que ponga alguno su vida por sus amigos.
Hierro con hierro se aguza; Y el hombre aguza el rostro de su amigo.
En todo tiempo ama el amigo; Y el hermano para la angustia es nacido.
Por lo cual, consolaos los unos á los otros, y edificaos los unos á los otros, así como lo hacéis.
No erréis: las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.
El ungüento y el perfume alegran el corazón: Y el amigo al hombre con el cordial consejo.
Fieles son las heridas del que ama; Pero importunos los besos del que aborrece.
Y considerémonos los unos á los otros para provocarnos al amor y á las buenas obras; No dejando nuestra congregación, como algunos tienen por costumbre, mas exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
El atribulado es consolado de su compañero: Mas hase abandonado el temor del Omnipotente.
Y sobre todo, tened entre vosotros ferviente caridad; porque la caridad cubrirá multitud de pecados. Hospedaos los unos á los otros sin murmuraciones. Cada uno según el don que ha recibido, adminístrelo á los otros, como buenos dispensadores de las diferentes gracias de Dios.
No te entrometas con el iracundo, Ni te acompañes con el hombre de enojos; Porque no aprendas sus maneras, Y tomes lazo para tu alma. No estés entre los que tocan la mano, Entre los que fían por deudas. Si no tuvieres para pagar, ¿Por qué han de quitar tu cama de debajo de ti?
Este es mi mandamiento: Que os améis los unos á los otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que ponga alguno su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hiciereis las cosas que yo os mando.
Como un agua se parece á otra, Así el corazón del hombre al otro.
Es á saber, para ser juntamente consolado con vosotros por la común fe vuestra y juntamente mía.