NO reprendas al anciano, sino exhórtale como á padre: á los más jóvenes, como á hermanos; A las ancianas, como á madres; á las jovencitas, como á hermanas, con toda pureza.
Oye á tu padre, á aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.
Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor: Yo Jehová.
No me deseches en el tiempo de la vejez; Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.
Honra á tu padre y á tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.