Airaos, y no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo;
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, Idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, Envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes á éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oir, tardío para hablar, tardío para airarse:
No te apresures en tu espíritu á enojarte: porque la ira en el seno de los necios reposa.
Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
No te entrometas con el iracundo, Ni te acompañes con el hombre de enojos;
LA blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor.
Porque no aprendas sus maneras, Y tomes lazo para tu alma.