¿Qué Dice la Biblia?

Besos

Salmos 85:10 / RVR

La misericordia y la verdad se encontraron: La justicia y la paz se besaron.

Cantares 1:2 / RVR

Oh si él me besara con ósculos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino.

S. Lucas 7:45 / RVR

No me diste beso, mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies.

Proverbios 27:6 / RVR

Fieles son las heridas del que ama; Pero importunos los besos del que aborrece.

Génesis 29:10-12 / RVR

Y sucedió que, como Jacob vió á Rachêl, hija de Labán hermano de su madre, y á las ovejas de Labán, el hermano de su madre, llegóse Jacob, y removió la piedra de sobre la boca del pozo, y abrevó el ganado de Labán hermano de su madre. Y Jacob besó á Rachêl, y alzó su voz, y lloró. Y Jacob dijo á Rachêl como él era hermano de su padre, y como era hijo de Rebeca: y ella corrió, y dió las nuevas á su padre.

Romanos 16:16 / RVR

Saludaos los unos á los otros con ósculo santo. Os saludan todas las iglesias de Cristo.

Hebreos 13:4 / RVR

Honroso es en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; ùmas á los fornicarios y á los adúlteros juzgará Dios.

Colosenses 3:5 / RVR

Amortiguad, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra: fornicación, inmundicia, molicie, mala concupiscencia, y avaricia, que es idolatría:

S. Lucas 7:36-50 / RVR

Y le rogó uno de los Fariseos, que comiese con él. Y entrado en casa del Fariseo, sentóse á la mesa. Y he aquí una mujer que había sido pecadora en la ciudad, como entendió que estaba á la mesa en casa de aquel Fariseo, trajo un alabastro de ungüento, Y estando detrás á sus pies, comenzó llorando á regar con lágrimas sus pies, y los limpiaba con los cabellos de su cabeza; y besaba sus pies, y los ungía con el ungüento. Y como vió esto el Fariseo que le había convidado, habló entre sí, diciendo: Este, si fuera profeta, conocería quién y cuál es la mujer que le toca, que es pecadora. Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él dice: Di, Maestro. Un acredor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; Y no teniendo ellos de qué pagar, perdonó á ambos. Di, pues, ¿cuál de éstos le amará más? Y respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquél al cual perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. Y vuelto á la mujer, dijo á Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, no diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha limpiado con los cabellos. No me diste beso, mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies....

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