Instruye al niño en su carrera: Aun cuando fuere viejo no se apartará de ella.
Y las enseñaréis á vuestros hijos, hablando de ellas, ora sentado en tu casa, ó andando por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes:
La vara y la corrección dan sabiduría: Mas el muchacho consentido avergonzará á su madre.
Y vosotros, padres, no provoquéis á ira á vuestros hijos; sino fhhijos; sino fh amonestación del Señor.
El estableció testimonio en Jacob, Y pusó ley en Israel; La cual mandó á nuestros padres Que la notificasen á sus hijos; Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; Y los que se levantarán, lo cuenten á sus hijos; A fin de que pongan en Dios su confianza, Y no se olviden de las obras de Dios, Y guarden sus mandamientos:
Corrige á tu hijo, y te dará descanso, Y dará deleite á tu alma.
Padres, no irritéis á vuestros hijos, porque no se hagan de poco ánimo.
Honra á tu padre y á tu madre, que es el primer mandamiento con promesa,
HIJOS, obedeced en el Señor á vuestros padres; porque esto es justo. Honra á tu padre y á tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, Para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis á ira á vuestros hijos; sino fhhijos; sino fh amonestación del Señor.
La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la hará alejar de él.
He aquí, heredad de Jehová son los hijos: Cosa de estima el fruto del vientre.
HIJOS, obedeced en el Señor á vuestros padres; porque esto es justo.
Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia,
He aquí, heredad de Jehová son los hijos: Cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que hinchió su aljaba de ellos: No será avergonzado Cuando hablare con los enemigos en la puerta.
Venid, hijos, oidme; El temor de Jehová os enseñaré.
Y respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es menester obedecer á Dios antes que á los hombres.
Procura con diligencia presentarte á Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad.
Y Amarás á Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todo tu poder.
El que detiene el castigo, á su hijo aborrece: Mas el que lo ama, madruga á castigarlo.