Antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdónandoos los unos á los otros, como también Dios os perdonó en Cristo.
Ninguna palabra torpe salga de vuestra boca, sino la que sea buena para edificación, para que dé gracia á los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención. Toda amargura, y enojó, é ira, y voces, y maledicencia sea quitada de vosotros, y toda malicia: Antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdónandoos los unos á los otros, como también Dios os perdonó en Cristo.
Este es mi mandamiento: Que os améis los unos á los otros, como yo os he amado.
Y como queréis que os hagan los hombres, así hacedles también vosotros:
Si alguno dice, Yo amo á Dios, y aborrece á su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama á su hermano al cual ha visto, ¿cómo puede amar á Dios á quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: Que el que ama á Dios, ame también á su hermano.
Cuando cayere tu enemigo, no te huelgues; Y cuando tropezare, no se alegre tu corazón:
Así que, todas las cosas que quisierais que los hombres hiciesen con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esta es la ley y los profetas.
ASI que, los que somos más firmes debemos sobrellevar las flaquezas de los flacos, y no agradarnos á nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade á su prójimo en bien, á edificación.
Amándoos los unos á los otros con caridad fraternal; previniéndoos con honra los unos á los otros;
Y finalmente, sed todos de un mismo corazón, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; No volviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino antes por el contrario, bendiciendo; sabiendo que vosotros sois llamados para que poseáis bendición en herencia. Porque El que quiere amar la vida, Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; Apártase del mal, y haga bien; Busque la paz, y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos á sus oraciones: Pero el rostro del Señor está sobre aquellos que hacen mal.
Vestíos pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de tolerancia; Sufriéndoos los unos á los otros, y perdonándoos los unos á los otros si alguno tuviere queja del otro: de la manera que Crito os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de caridad, la cual es el vínculo de la perfección.
Honrad á todos. Amad la fraternidad. Temed á Dios. Honrad al rey.
NO reprendas al anciano, sino exhórtale como á padre: á los más jóvenes, como á hermanos; A las ancianas, como á madres; á las jovencitas, como á hermanas, con toda pureza.
Porque si perdonareis á los hombres sus ofensas, os perdonará también á vosotros vuestro Padre celestial. Mas si no perdonareis á los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
HERMANOS míos, no tengáis la fe de nuestro Señor Jesucristo glorioso en acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro, y de preciosa ropa, y también entra un pobre con vestidura vil, Y tuviereis respeto al que trae la vestidura preciosa, y le dijereis: Siéntate tú aquí en buen lugar: y dijereis al pobre: Estáte tú allí en pie; ó siéntate aquí debajo de mi estrado: ¿No juzguáis en vosotros mismos, y venís á ser jueces de pensamientos malos? Hermanos míos amados, oid: ¿No ha elegido Dios los pobres de este mundo, ricos en fe, y herederos del reino que ha prometido á los que le aman? Mas vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran á los juzgados? ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fué invocado sobre vosotros? Si en verdad cumplís vosotros la ley real, conforme á la Escritura: Amarás á tu prójimo como á ti mismo, bien hacéis: Mas si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y sois reconvenidos de la ley como transgresores. Porque cualquiera que hubiere guardado toda la ley, y ofendiere en un punto, es hecho culpado de todos....
Si se puede hacer, cuanto está en vosotros, tened paz con todos los hombres.
La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sinrazón, no se ensancha; No es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal; No se huelga de la injusticia, mas se huelga de la verdad; Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. La caridad nunca deja de ser: mas las profecías se han de acabar, y cesarán las lenguas, y la ciencia ha de ser quitada; Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; Mas cuando venga lo que es perfecto, entonces lo que es en parte será quitado. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, mas cuando ya fuí hombre hecho, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo, en obscuridad; mas entonces veremos cara á cara: ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza, y la caridad, estas tres: empero la mayor de ellas es la caridad.