Velad pues, porque no sabéis á qué hora ha de venir vuestro Señor. Esto empero sabed, que si el padre de la familia supiese á cuál vela el ladrón había de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad apercibidos; porque el Hijo del hombre ha de venir á la hora que no pensáis.
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, por testimonio á todos los Gentiles; y entonces vendrá el fin.
Empero del día y hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino mi Padre solo.