Ninguna palabra torpe salga de vuestra boca, sino la que sea buena para edificación, para que dé gracia á los oyentes.
Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente, El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, El testigo falso que habla mentiras, Y el que enciende rencillas entre los hermanos.
El hombre perverso levanta contienda; Y el chismoso aparta los mejores amigos.
El que guarda su boca y su lengua, Su alma guarda de angustias.
El que descubre el secreto, en chismes anda: No te entrometas, pues, con el que lisonjea con sus labios.
Si alguno piensa ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino engañando su corazón, la religión del tal es vana.
Mas yo os digo, que toda palabra ociosa que hablaren los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio;
Las palabras del chismoso parecen blandas, Y descienden hasta lo íntimo del vientre.
Guarda tu lengua de mal, Y tus labios de hablar engaño.
Al que solapadamente infama á su prójimo, yo le cortaré; No sufriré al de ojos altaneros, y de corazón vanidoso.
Que á nadie infamen, que no sean pendencieros, sino modestos, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres.
El malo está atento al labio inicuo; Y el mentiroso escucha á la lengua detractora.
Sin leña se apaga el fuego: Y donde no hay chismoso, cesa la contienda.
Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano, y juzga á su hermano, este tal murmura de la ley, y juzga á la ley; pero si tú juzgas á la ley, no eres guardador de la ley, sino juez.
El que anda en chismes, descubre el secreto: Mas el de espíritu fiel encubre la cosa.
Mas evita profanas y vanas parlerías; porque muy adelante irán en la impiedad.
El que encubre el odio es de labios mentirosos; Y el que echa mala fama es necio.
Estando atestados de toda iniquidad, de fornicación, de malicia, de avaricia, de maldad; llenos de envidia, de homicidios, de contiendas, de engaños, de malignidades;
No andarás chismeando en tus pueblos. No te pondrás contra la sangre de tu prójimo: Yo Jehová.
NO admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso.
Y aun también se acostrumbran á ser ociosas, á andar de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también parleras y curiosas, hablando lo que no conviene.
El que cubre la prevaricación, busca amistad: Mas el que reitera la palabra, aparta al amigo.
Escóndeme del secreto consejo de los malignos; De la conspiración de los que obran iniquidad: Que amolaron su lengua como cuchillo, Y armaron por su saeta palabra amarga; Para asaetear á escondidas al íntegro: De improviso lo asaetean, y no temen.