Grandes son las obras de Jehová; Buscadas de todos los que las quieren.
¿Dónde estabas cuando yo fundaba la tierra? Házme lo saber, si tienes inteligencia. ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué están fundadas sus basas? ¿O quién puso su piedra angular, Cuando las estrellas todas del alba alababan, Y se regocijaban todos los hijos de Dios? ¿Quién encerró con puertas la mar, Cuando se derramaba por fuera como saliendo de madre; Cuando puse yo nubes por vestidura suya, Y por su faja oscuridad. Y establecí sobre ella mi decreto, Y le puse puertas y cerrojo, Y dije: Hasta aquí vendrás, y no pasarás adelante, Y ahí parará la hinchazón de tus ondas? ¿Has tu mandado á la mañana en tus días? ¿Has mostrado al alba su lugar, Para que ocupe los fines de la tierra, Y que sean sacudidos de ella los impíos?...
¿Quién midió las aguas con su puño, y aderezó los cielos con su palmo, y con tres dedos allegó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza, y con peso los collados?
El fundó la tierra sobre sus basas; No será jamás removida.
Y él es antes de todas las cosas, y por él todas las cosas subsisten:
Extiende el alquilón sobre vacío, Cuelga la tierra sobre nada.
Porque las cosas invisibles de él, su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas; de modo que son inexcusables:
EN el principio crió Dios los cielos y la tierra.
Y dí mi corazón á inquirir y buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo: este penoso trabajo dió Dios á los hijos de los hombres, en que se ocupen. Yo miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu. Lo torcido no se puede enderezar; y lo falto no puede contarse. Hablé yo con mi corazón, diciendo: He aquí hállome yo engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalem; y mi corazón ha percibido muchedumbre de sabiduría y ciencia. Y dí mi corazón á conocer la sabiduría, y también á entender las locuras y los desvaríos: conocí que aun esto era aflicción de espíritu.
El está asentado sobre el globo de la tierra, cuyos moradores son como langostas: él extiende los cielos como una cortina, tiéndelos como una tienda para morar:
El viento tira hacia el mediodía, y rodea al norte; va girando de continuo, y á sus giros torna el viento de nuevo. Los ríos todos van á la mar, y la mar no se hinche; al lugar de donde los ríos vinieron, allí tornan para correr de nuevo.