Acordaos de la mujer de Lot.
(H30-3) Cuando alguno hiciere voto á Jehová, ó hiciere juramento ligando su alma con obligación, no violará su palabra: hará conforme á todo lo que salió de su boca.
Encomienda á Jehová tu camino, Y espera en él; y él hará.
Encomienda á Jehová tus obras, Y tus pensamientos serán afirmados.
Sea pues perfecto vuestro corazón para con Jehová nuestro Dios, andando en sus estatutos, y guardando sus mandamientos, como el día de hoy.
Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano al arado mira atrás, es apto para el reino de Dios.
Y muchas gentes iban con él; y volviéndose les dijo: Si alguno viene á mí, y no aborrece á su padre, y madre, y mujer, é hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su vida, no puede ser mi discípulo. Y cualquiera que no trae su cruz, y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Porque ¿cuál de vosotros, queriendo edificar una torre, no cuenta primero sentado los gastos, si tiene lo que necesita para acabarla? Porque después que haya puesto el fundamento, y no pueda acabarla, todos los que lo vieren, no comiencen á hacer burla de él, Diciendo: Este hombre comenzó á edificar, y no pudo acabar. ¿O cuál rey, habiendo de ir á hacer guerra contra otro rey, sentándose primero no consulta si puede salir al encuentro con diez mil al que viene contra él con veinte mil? De otra manera, cuando aun el otro está lejos, le ruega por la paz, enviándo le embajada. Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncia á todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo. Buena es la sal; mas si aun la sal fuere desvanecida, ¿con qué se adobará?...
Y todo lo que hagáis, hacedlo de ánimo, como al Señor, y no á los hombres;