Sed templados, y velad; porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando á quien devore:
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, Idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, Envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes á éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.
No os ha tomado tentación, sino humana: mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podeís llevar; antes dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis aguantar.
Y no os embriaguéis de vino, en lo cual hay disolución; mas sed llenos de Espíritu;
Todo me es lícito, mas no todo conviene: todo me es lícito, mas no todo edifica.
EL vino es escarnecedor, la cerveza alborotadora; Y cualquiera que por ello errare, no será sabio.
ASI que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable á Dios, que es vuestro racional culto.
Pero tú vela en todo, soporta las aflicciones, haz la obra de evangelista, cumple tu ministerio.