Airaos, y no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo; Ni deis lugar al diablo.
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oir, tardío para hablar, tardío para airarse: Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
El necio da suelta á todo su espíritu; Mas el sabio al fin le sosiega.
Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
La cordura del hombre detiene su furor; Y su honra es disimular la ofensa.
No te apresures en tu espíritu á enojarte: porque la ira en el seno de los necios reposa.
El hombre iracundo mueve contiendas: Mas el que tarde se enoja, apaciguará la rencilla.
LA blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor.
Mas ahora, dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, torpes palabras de vuestra boca.
¿DE dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No son de vuestras concupiscencias, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y gerreáis, y no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
El que presto se enoja, hará locura: Y el hombre malicioso será aborrecido.
Mejor es el que tarde se aira que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.
Airaos, y no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo;
Toda amargura, y enojó, é ira, y voces, y maledicencia sea quitada de vosotros, y toda malicia:
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oir, tardío para hablar, tardío para airarse:
No te entrometas con el iracundo, Ni te acompañes con el hombre de enojos;
El necio luego al punto da á conocer su ira: Mas el que disimula la injuria es cuerdo.
Déjate de la ira, y depón el enojo: No te excites en manera alguna á hacer lo malo. Porque los malignos serán talados, Mas los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.
Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare locamente con su hermano, será culpado del juicio; y cualquiera que dijere á su hermano, Raca, será culpado del concejo; y cualquiera que dijere, Fatuo, será culpado del infierno del fuego.
Ni deis lugar al diablo.
El hombre iracundo levanta contiendas; Y el furioso muchas veces peca.
Y como queréis que os hagan los hombres, así hacedles también vosotros:
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, Idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
No seas vencido de lo malo; mas vence con el bien el mal.