Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No hay quien busque á Dios; Todos se apartaron, á una fueron hechos inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno: Sepulcro abierto es su garganta; Con sus lenguas tratan engañosamente; Veneno de áspides está debajo de sus labios; Cuya boca está llena de maledicencia y de amargura; Sus pies son ligeros á derramar sangre; Quebrantamiento y desventura hay en sus caminos; Y camino de paz no conocieron: No hay temor de Dios delante de sus ojos.
Porque habiendo conocido á Dios, no le glorificaron como á Dios, ni dieron gracias; antes se desvanecieron en sus discursos, y el necio corazón de ellos fué entenebrecido.
He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.
El hombre bueno del buen tesoro del corazón saca buenas cosas: y el hombre malo del mal tesoro saca malas cosas.
Mejor es esperar en Jehová Que esperar en hombre.
ALEPH. BIENAVENTURADOS los perfectos de camino; Los que andan en la ley de Jehová. Bienaventurados los que guardan sus testimonios, Y con todo el corazón le buscan: Pues no hacen iniquidad Los que andan en sus caminos. Tú encargaste Que sean muy guardados tus mandamientos. Ojalá fuesen ordenados mis caminos A observar tus estatutos! Entonces no sería yo avergonzado, Cuando atendiese á todos tus mandamientos. Te alabaré con rectitud de corazón, Cuando aprendiere los juicios de tu justicia. Tus estatutos guardaré: No me dejes enteramente. BETH. ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado: No me dejes divagar de tus mandamientos....
Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos. Porque si alguno oye la palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se consideró á sí mismo, y se fué, y luego se olvidó qué tal era. Mas el que hubiere mirado atentamente en la perfecta ley, que es la de la libertad, y perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho.
Entrad por la puerta estrecha: porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva á perdición, y muchos son los que entran por ella. Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva á la vida, y pocos son los que la hallan.