Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no estribes en tu prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.
El camino del necio es derecho en su opinión: Mas el que obedece al consejo es sabio.
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, demándela á Dios, el cual da á todos abundantemente, y no zahiere; y le será dada.
Oirá el sabio, y aumentará el saber; Y el entendido adquirirá consejo;
El corazón del hombre piensa su camino: Mas Jehová endereza sus pasos.
Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; Mas en la multitud de consejeros se afirman.
Por lo cual, teniendo los lomos de vuestro entendimiento ceñidos, con templanza, esperad perfectamente en la gracia que os es presentada cuando Jesucristo os es manifestado: Como hijos obedientes, no conformándoos con los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; Sino como aquel que os ha llamado es santo, sed también vosotros santos en toda conversación:
Sean las costumbres vuestras sin avaricia; contentos de lo presente; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo en donde quiera que fueres.
Pero pida en fe, no dudando nada: porque el que duda es semejante á la onda de la mar, que es movida del viento, y echada de una parte á otra. No piense pues el tal hombre que recibirá ninguna cosa del Señor. El hombre de doblado ánimo es inconstante en todos sus caminos.
ES pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven.
Sed templados, y velad; porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando á quien devore:
Ninguno puede servir á dos señores; porque ó aborrecerá al uno y amará al otro, ó se llegará al uno y menospreciará al otro: no podéis servir á Dios y á Mammón.
Disminuiránse las riquezas de vanidad: Empero multiplicará el que allega con su mano.
Y si alguno no tiene cuidado de los suyos, y mayormente de los de su casa, la fe negó, y es peor que un infiel.
HIJO mío, si tomares mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, Haciendo estar atento tu oído á la sabiduría; Si inclinares tu corazón á la prudencia; Si clamares á la inteligencia, Y á la prudencia dieres tu voz; Si como á la plata la buscares, Y la escudriñares como á tesoros; Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios.
BETH. ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.