Pon asimismo tu delicia en Jehová, Y él te dará las peticiones de tu corazón.
Si te tornares al Omnipotente, serás edificado; Alejarás de tu tienda la aflicción; Y tendrás más oro que tierra, Y como piedras de arroyos oro de Ophir; Y el Todopoderoso será tu defensa, Y tendrás plata á montones. Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, Y alzarás á Dios tu rostro.
Envía tu luz y tu verdad: éstas me guiarán, Me conducirán al monte de tu santidad, Y á tus tabernáculos. Y entraré al altar de Dios, Al Dios alegría de mi gozo; Y alabaréte con arpa, oh Dios, Dios mío. ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te conturbes en mí? Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar; Es él salvamento delante de mí, y el Dios mío.
Antes en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.
Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz.