TODA alma se someta á las potestades superiores; porque no hay potestad sino de Dios; y las que son, de Dios son ordenadas. Asi que, el que se opone á la potestad, á la ordenación de Dios resiste: y los que resisten, ellos mismos ganan condenación para sí. Porque los magistrados no son para temor al que bien hace, sino al malo. ¿Quieres pues no temer la potestad? haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; Porque es ministro de Dios para tu bien. Mas si hicieres lo malo, teme: porque no en vano lleva el cuchillo; porque es ministro de Dios, vengador para castigo al que hace lo malo. Por lo cual es necesario que le estéis sujetos, no solamente por la ira, mas aun por la conciencia. Porque por esto pagáis también los tributos; porque son ministros de Dios que sirven á esto mismo. Pagad á todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que pecho, pecho; al que temor, temor; al que honra, honra.
En estos días no había rey en Israel: cada uno hacía lo recto delante de sus ojos.
Estos son murmuradores, querellosos, andando según sus deseos; y su boca habla cosas soberbias, teniendo en admiración las personas por causa del provecho.
No confiéis en los príncipes, Ni en hijo de hombre, porque no hay en él salud.
No te apartes á diestra, ni á siniestra: Aparta tu pie del mal.
El simple cree á toda palabra: Mas el avisado entiende sus pasos.
AMONÉSTALES que se sujeten á los príncipes y potestades, que obedezcan, que estén prontos á toda buena obra.
Y bendeciré á los que te bendijeren, y á los que te maldijeren maldeciré: y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
Y ACONTECIO que habiendo Samuel envejecido, puso sus hijos por jueces sobre Israel. Y el nombre de su hijo primogénito fué Joel, y el nombre del segundo, Abia: fueron jueces en Beer-sebah. Mas no anduvieron los hijos por los caminos de su padre, antes se ladearon tras la avaricia, recibiendo cohecho y pervirtiendo el derecho. Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron á Samuel en Rama, Y dijéronle: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no van por tus caminos: por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como todas las gentes. Y descontentó á Samuel esta palabra que dijeron: Danos rey que nos juzgue. Y Samuel oró á Jehová. Y dijo Jehová á Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te dijeren: porque no te han desechado á ti, sino á mí me han desechado, para que no reine sobre ellos. Conforme á todas las obras que han hecho desde el día que los saqué de Egipto hasta hoy, que me han dejado y han servido á dioses ajenos, así hacen también contigo. Ahora pues, oye su voz: mas protesta contra ellos declarándoles el derecho del rey que ha de reinar sobre ellos. Y dijo Samuel todas las palabras de Jehová al pueblo que le había pedido rey....
Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos é idolatría el infringir. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.