Cuando cayere tu enemigo, no te huelgues; Y cuando tropezare, no se alegre tu corazón: Porque Jehová no lo mire, y le desagrade, Y aparte de sobre él su enojo.
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos á la verdad corren, mas uno lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
Y todo aquel que lucha, de todo se abstiene: y ellos, á la verdad, para recibir una corona corruptible; mas nosotros, incorruptible.
Comer mucha miel no es bueno: Ni el buscar la propia gloria es gloria.
Cada uno de nosotros agrade á su prójimo en bien, á edificación.
El que exhorta, en exhortar; el que reparte, hágalo en simplicidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. El amor sea sin fingimiento: aborreciendo lo malo, llegándoos á lo bueno; Amándoos los unos á los otros con caridad fraternal; previniéndoos con honra los unos á los otros;
Mas las fábulas profanas y de viejas desecha, y ejercítate para la piedad. Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso; mas la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.
Y todo lo que hagáis, hacedlo de ánimo, como al Señor, y no á los hombres;
Alábete el extraño, y no tu boca; El ajeno, y no tus labios.
Y aun también el que lidia, no es coronado si no lidiare legítimamente.
Mansedumbre, templanza: contra tales cosas no hay ley.
Si se puede hacer, cuanto está en vosotros, tened paz con todos los hombres.