Bienaventurados los pobres en espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos.
Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón: Dios es nuestro amparo. (Selah.)
Venid á mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar.