No os venguéis vosotros mismos, amados míos; antes dad lugar á la ira; porque escrito está: Mía es la venganza: yo pagaré, dice el Señor.
LA blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor.
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oir, tardío para hablar, tardío para airarse: Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
No digas, yo me vengaré; Espera á Jehová, y él te salvará.