No hay Judío, ni Griego; no hay siervo, ni libre; no hay varón, ni hembra: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Y no emparentarás con ellos: no darás tu hija á su hijo, ni tomarás á su hija para tu hijo. Porque desviará á tu hijo de en pos de mí, y servirán á dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá presto.
Sino que de cualquiera nación que le teme y obra justicia, se agrada.