Luego la fe es por el oir; y el oir por la palabra de Dios.
Entonces tus oídos oirán á tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis á la mano derecha, ni tampoco torzáis á la mano izquierda.
Pero cuando viniere aquel Espíritu de verdad, él os guiará á toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir.
Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia,
Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído predicadlo desde los terrados.
Si me amáis, guardad mis mandamientos; Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: Al Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce: mas vosotros le conocéis; porque está con vosotros, y será en vosotros.
Dijo entonces Jesús á los doce: ¿Queréis vosotros iros también? Y respondióle Simón Pedro: Señor, ¿á quién iremos? tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros creemos y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente. Jesús le respondió: ¿No he escogido yo á vosotros doce, y uno de vosotros es diablo? Y hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón, porque éste era el que le había de entregar, el cual era uno de los doce.