Es verdad que ningún castigo al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; mas después da fruto apacible de justicia á los que en él son ejercitados.
EL que ama la corrección ama la sabiduría: Mas el que aborrece la reprensión, es ignorante.
El que detiene el castigo, á su hijo aborrece: Mas el que lo ama, madruga á castigarlo.
Antes hiero mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre; no sea que, habiendo predicado á otros, yo mismo venga á ser reprobado.
Y estáis ya olvidados de la exhortación que como con hijos habla con vosotros, diciendo: Hijo mío, no menosprecies el castigo del Señor, Ni desmayes cuando eres de él reprendido. Porque el Señor al que ama castiga, Y azota á cualquiera que recibe por hijo.
No deseches, hijo mío, el castigo de Jehová; Ni te fatigues de su corrección: Porque al que ama castiga, Como el padre al hijo á quien quiere.
Yo reprendo y castigo á todos los que amo: sé pues celoso, y arrepiéntete.
La vara y la corrección dan sabiduría: Mas el muchacho consentido avergonzará á su madre.
No rehuses la corrección del muchacho: Porque si lo hirieres con vara, no morirá.
No ames el sueño, porque no te empobrezcas; Abre tus ojos, y te hartarás de pan.
Porque el mandamiento es antorcha, y la enseñanza luz; Y camino de vida las reprensiones de la enseñanza:
Sino hospedador, amador de lo bueno, templado, justo, santo, continente;
Corrige á tu hijo, y te dará descanso, Y dará deleite á tu alma.
Y estáis ya olvidados de la exhortación que como con hijos habla con vosotros, diciendo: Hijo mío, no menosprecies el castigo del Señor, Ni desmayes cuando eres de él reprendido. Porque el Señor al que ama castiga, Y azota á cualquiera que recibe por hijo. Si sufrís el castigo, Dios se os presenta como á hijos; porque ¿qué hijo es aquel á quien el padre no castiga? Mas si estáis fuera del castigo, del cual todos han sido hechos participantes, luego sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos por castigadores á los padres de nuestra carne, y los reverenciábamos, ¿por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquéllos, á la verdad, por pocos días nos castigaban como á ellos les parecía, mas éste para lo que nos es provechoso, para que recibamos su santificación. Es verdad que ningún castigo al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; mas después da fruto apacible de justicia á los que en él son ejercitados.
Obedeced á vuestros pastores, y sujetaos á ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como aquellos que han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no gimiendo; porque esto no os es útil.
La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la hará alejar de él.
Y vosotros, padres, no provoquéis á ira á vuestros hijos; sino fhhijos; sino fh amonestación del Señor.