Sed templados, y velad; porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando á quien devore:
Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos.
Esto empero digo para vuestro provecho; no para echaros lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os lleguéis al Señor.
Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón.