De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis á memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva: presto saldrá á luz: ¿no la sabréis? Otra vez pondré camino en el desierto, y ríos en la soledad.
Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor: porque las primeras cosas son pasadas.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.
Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor, Y enviará á Jesucristo, que os fué antes anunciado:
Y sabemos que á los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien, es á saber, á los que conforme al propósito son llamados.
Confesaos vuestras faltas unos á otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos; la oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho.
En el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados por las riquezas de su gracia,
Jehová cumplirá por mí: Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No dejarás la obra de tus manos.
Si tú apercibieres tu corazón, Y extendieres á él tus manos; Si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, Y no consintieres que more maldad en tus habitaciones; Entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, Y serás fuerte y no temerás: Y olvidarás tu trabajo, O te acordarás de él como de aguas que pasaron: Y en mitad de la siesta se levantará bonanza; Resplandecerás, y serás como la mañana: Y confiarás, que habrá esperanza; Y cavarás, y dormirás seguro: Y te acostarás, y no habrá quien te espante: Y muchos te rogarán. Mas los ojos de los malos se consumirán, Y no tendrán refugio; Y su esperanza será agonía del alma.
HIJITOS míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, á Jesucristo el justo;
Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor,
Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí; y no me acordaré de tus pecados. Hazme acordar, entremos en juicio juntamente; relata tú para abonarte.
Y si tu mano derecha te fuere ocasión de caer, córtala, y échala de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis, si las hiciereis.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que salieses de la matriz te santifiqué, te dí por profeta á las gentes.
Séaos pues notorio, varones hermanos, que por éste os es anunciada remisión de pecados,
Y este es el mensaje que oímos de él, y os anunciamos: Que Dios es luz, y en él no hay ningunas tinieblas.
AHORA pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme á la carne, mas conforme al espíritu.