Porque aun estando con vosotros, os denunciábamos esto: Que si alguno no quisiere trabajar, tampoco coma.
Y si alguno no tiene cuidado de los suyos, y mayormente de los de su casa, la fe negó, y es peor que un infiel.
La mano negligente hace pobre: Mas la mano de los diligentes enriquece.
Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo: Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre de escudo.
El perezoso esconde su mano en el seno: Aun á su boca no la llevará.
Desea, y nada alcanza el alma del perezoso: Mas el alma de los diligentes será engordada.
Ve á la hormiga, oh perezoso Mira sus caminos, y sé sabio;
Pues que tú aborreces el castigo, Y echas á tu espalda mis palabras?
Procura con diligencia presentarte á Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad.
El que labra su tierra, se hartará de pan: Mas el que sigue los ociosos, se hartará de pobreza.
El perezoso no ara á causa del invierno; Pedirá pues en la siega, y no hallará.
La mano de los diligentes se enseñoreará: Mas la negligencia será tributaria.
EL hijo sabio toma el consejo del padre: Mas el burlador no escucha las reprensiones.
Porque el reino de los cielos es como un hombre que partiéndose lejos llamó á sus siervos, y les entregó sus bienes. Y á éste dió cinco talentos, y al otro dos, y al otro uno: á cada uno conforme á su facultad; y luego se partió lejos. Y el que había recibido cinco talentos se fué, y granjeó con ellos, é hizo otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también él otros dos. Mas el que había recibido uno, fué y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Y después de mucho tiempo, vino el señor de aquellos siervos, é hizo cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; he aquí otros cinco talentos he ganado sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré: entra en el gozo de tu señor. Y llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; he aquí otros dos talentos he ganado sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré: entra en el gozo de tu señor....
En toda labor hay fruto: Mas la palabra de los labios solamente empobrece.
Y no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es un vapor que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia,