Este es el día que hizo Jehová Nos gozaremos y alegraremos en él.
Dad gracias en todo; porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
Y todo lo que hacéis, sea de palabra, ó de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias á Dios Padre por él.
ALABAD á Jehová, porque es bueno; Porque para siempre es su misericordia.
No ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones;
Toda buena dádiva y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
Así que, tomando el reino inmóvil, vamos á Dios agradándole con temor y reverencia;
Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, á la cual asimismo sois llamados en un cuerpo; y sed agradecidos.
Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, á la cual asimismo sois llamados en un cuerpo; y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite en vosotros en abundancia en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos los unos á los otros con salmos é himnos y canciones espirituales, con gracia cantando en vuestros corazones al Señor. Y todo lo que hacéis, sea de palabra, ó de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias á Dios Padre por él. Casadas, estad sujetas á vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad á vuestras mujeres, y no seáis desapacibles con ellas. Hijos, obedeced á vuestros padres en todo; porque esto agrada al Señor.
Y sabemos que á los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien, es á saber, á los que conforme al propósito son llamados.
ALABAD á Jehová, porque es bueno; Porque para siempre es su misericordia.
El que sacrifica alabanza me honrará: Y al que ordenare su camino, Le mostraré la salud de Dios.
Dando gracias siempre de todo al Dios y Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo:
Salmo de alabanza. CANTAD alegres á Dios, habitantes de toda la tierra. Servid á Jehová con alegría: Venid ante su acatamiento con regocijo. Reconoced que Jehová él es Dios: El nos hizo, y no nosotros á nosotros mismos. Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con reconocimiento, Por sus atrios con alabanza: Alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno: para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones.
Porque donde estuviere vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón.
Siempre y en todo lugar lo recibimos con todo hacimiento de gracias, oh excelentísimo Félix.
Empero por la gracia de Dios soy lo que soy: y su gracia no ha sido en vano para conmigo; antes he trabajado más que todos ellos: pero no yo, sino la gracia de Dios que fué conmigo.
Y aconteció que yendo él á Jerusalem, pasaba por medio de Samaria y de Galilea. Y entrando en una aldea, viniéronle al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos, Y alzaron la voz, diciendo: Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros. Y como él los vió, les dijo: Id, mostraos á los sacerdotes. Y aconteció, que yendo ellos, fueron limpios. Entonces uno de ellos, como se vió que estaba limpio, volvió, glorificando á Dios á gran voz; Y derribóse sobre el rostro á sus pies, dándole gracias: y éste era Samaritano. Y respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpios? ¿Y los nueve dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria á Dios sino este extranjero? Y díjole: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.