En las muchas palabras no falta pecado: Mas el que refrena sus labios es prudente.
Aun el necio cuando calla, es contado por sabio: El que cierra sus labios es entendido.
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oir, tardío para hablar, tardío para airarse:
No toma placer el necio en la inteligencia, Sino en lo que su corazón se descubre.
¿Has visto hombre ligero en sus palabras? Más esperanza hay del necio que de él.
El que guarda su boca y su lengua, Su alma guarda de angustias.
Pon, oh Jehová, guarda á mi boca: Guarda la puerta de mis labios.
Las palabras del sabio con reposo son oídas, más que el clamor del señor entre los necios.
No te des priesa con tu boca, ni tu corazón se apresure á proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra: por tanto, sean pocas tus palabras.
Donde los sueños son en multitud, también lo son las vanidades y muchas las palabras; mas tú teme á Dios.
El que guarda su boca guarda su alma: Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.
Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Así la lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, é inflama la rueda de la creación, y es inflamada del infierno.
En toda labor hay fruto: Mas la palabra de los labios solamente empobrece.
Mas yo os digo, que toda palabra ociosa que hablaren los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio;
LA blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor. La lengua de los sabios adornará la sabiduría: Mas la boca de los necios hablará sandeces. Los ojos de Jehová están en todo lugar, Mirando á los malos y á los buenos. La sana lengua es árbol de vida: Mas la perversidad en ella es quebrantamiento de espíritu. El necio menosprecia el consejo de su padre: Mas el que guarda la corrección, vendrá á ser cuerdo. En la casa del justo hay gran provisión; Empero turbación en las ganancias del impío. Los labios de los sabios esparcen sabiduría: Mas no así el corazón de los necios. El sacrificio de los impíos es abominación á Jehová: Mas la oración de los rectos es su gozo. Abominación es á Jehová el camino del impío: Mas él ama al que sigue justicia. La reconvención es molesta al que deja el camino: Y el que aborreciere la corrección, morirá....
La muerte y la vida están en poder de la lengua; Y el que la ama comerá de sus frutos.
Si caiste, fué porque te enalteciste; Y si mal pensaste, Pon el dedo sobre la boca.
Hay quienes hablan como dando estocadas de espada: Mas la lengua de los sabios es medicina.
Por tanto, el prudente en tal tiempo calla, porque el tiempo es malo.
Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, que también puede con freno gobernar todo el cuerpo. He aquí nosotros ponemos frenos en las bocas de los caballos para que nos obedezcan, y gobernamos todo su cuerpo. Mirad también las naves: aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde quisiere el que las gobierna. Así también, la lengua es un miembro pequeño, y se gloría de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego cuán grande bosque enciende! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Así la lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, é inflama la rueda de la creación, y es inflamada del infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres de la mar, se doma y es domada de la naturaleza humana: Pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado; llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos á los hombres, los cuales son hechos á la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, no conviene que estas cosas sean así hechas. ¿Echa alguna fuente por una misma abertura agua dulce y amarga?
Pon, oh Jehová, guarda á mi boca: Guarda la puerta de mis labios. No dejes se incline mi corazón á cosa mala, A hacer obras impías Con los que obran iniquidad, Y no coma yo de sus deleites.
BIENAVENTURADO el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Antes en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Y será como el árbol plantado junto á arroyos de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. No así los malos: Sino como el tamo que arrebata el viento. Por tanto no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos. Porque Jehová conoce el camino de los justos; Mas la senda de los malos perecerá.
Detiene sus dichos el que tiene sabiduría: De prudente espíritu es el hombre entendido.
Mas evita profanas y vanas parlerías; porque muy adelante irán en la impiedad.