Los labios mentirosos son abominación á Jehová: Mas los obradores de verdad su contentamiento.
MEJOR es el pobre que camina en su sencillez, Que el de perversos labios y fatuo.
Y conoceréis la verdad, y la verdad os libertará.
Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente, El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, El testigo falso que habla mentiras, Y el que enciende rencillas entre los hermanos. Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no dejes la enseñanza de tu madre:
Procurando las cosas honestas, no sólo delante del Señor, mas aun delante de los hombres.
Porque El que quiere amar la vida, Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; Apártase del mal, y haga bien; Busque la paz, y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos á sus oraciones: Pero el rostro del Señor está sobre aquellos que hacen mal.
No mintáis los unos á los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,
La integridad de los rectos los encaminará: Mas destruirá á los pecadores la perversidad de ellos.
Orad por nosotros: porque confiamos que tenemos buena conciencia, deseando conversar bien en todo.
No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
Mas sea vuestro hablar: Sí, sí; No, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.
Los labios justos son el contentamiento de los reyes; Y aman al que habla lo recto.
Y como queréis que os hagan los hombres, así hacedles también vosotros: