Mas él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste á los soberbios, y da gracia á los humildes.
Porque cualquiera que se ensalza, será humillado; y el que se humilla, será ensalzado.
Riquezas, y honra, y vida, Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.
Humillaos pues bajo la poderosa mano de Dios, para que él os ensalce cuando fuere tiempo;
Porque el que se ensalzare, será humillado; y el que se humillare, será ensalzado.
Vestíos pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de tolerancia;
Digo pues por la gracia que me es dada, á cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con templanza, conforme á la medida de la fe que Dios repartió á cada uno.
A él conviene crecer, mas á mí menguar.
Igualmente, mancebos, sed sujetos á los ancianos; y todos sumisos unos á otros, revestíos de humildad; porque Dios resiste á los soberbios, y da gracia á los humildes.
Humillaos delante del Señor, y él os ensalzará.
Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra: Mas con los humildes es la sabiduría.
Con toda humildad y mansedumbre, con paciencia soportando los unos á los otros en amor;
Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.