EN aquel día Jehová visitará con su espada dura, grande y fuerte, sobre leviathán, serpiente rolliza, y sobre leviathán serpiente retuerta; y matará al dragón que está en la mar.
¿SACARAS tú al leviathán con el anzuelo, O con la cuerda que le echares en su lengua? ¿Pondrás tú garfio en sus narices, Y horadarás con espinas su quijada? ¿Multiplicará él ruegos para contigo? ¿Hablaráte él lisonjas? ¿Hará concierto contigo Para que lo tomes por siervo perpetuo? ¿Jugarás tú con él como con pájaro, O lo atarás para tus niñas? ¿Harán de él banquete los compañeros? ¿Partiránlo entre los mercaderes? ¿Cortarás tú con cuchillo su cuero, O con asta de pescadores su cabeza? Pon tu mano sobre él; Te acordarás de la batalla, y nunca más tornarás. He aquí que la esperanza acerca de él será burlada; Porque aun á su sola vista se desmayarán. Nadie hay tan osado que lo despierte: ¿Quién pues podrá estar delante de mí?...
Tú magullaste las cabezas del leviathán; Dístelo por comida al pueblo de los desiertos.
Allí andan navíos; Allí este leviathán que hiciste para que jugase en ella.
¿SACARAS tú al leviathán con el anzuelo, O con la cuerda que le echares en su lengua?
Maldíganla los que maldicen al día, Los que se aprestan para levantar su llanto.
Con sus estornudos encienden lumbre, Y sus ojos son como los párpados del alba.
Humo subió de su nariz, Y de su boca consumidor fuego; Carbones fueron por él encendidos.
Tú hendiste la mar con tu fortaleza: Quebrantaste cabezas de ballenas en las aguas. Tú magullaste las cabezas del leviathán; Dístelo por comida al pueblo de los desiertos.
En pos de sí hace resplandecer la senda, Que parece que la mar es cana.
Y UNA grande señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando preñada, clamaba con dolores de parto, y sufría tormento por parir. Y fué vista otra señal en el cielo: y he aquí un grande dragón bermejo, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas. Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las echó en tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba para parir, á fin de devorar á su hijo cuando hubiese parido. Y ella parió un hijo varón, el cual había de regir todas las gentes con vara de hierro: y su hijo fué arrebatado para Dios y á su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar aparejado de Dios, para que allí la mantengan mil doscientos y sesenta días. Y fué hecha una grande batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles lidiaban contra el dragón; y lidiaba el dragón y sus ángeles. Y no prevalecieron, ni su lugar fué más hallado en el cielo. Y fué lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña á todo el mundo; fué arrojado en tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. Y oí una grande voz en el cielo que decía: Ahora ha venido la salvación, y la virtud, y el reino de nuestro Dios, y el poder de su Cristo; porque el acusador de nuestros hermanos ha sido arrojado, el cual los acusaba delante de nuestro Dios día y noche....
Y YO me paré sobre la arena del mar, y vi una bestia subir del mar, que tenía siete cabezas y diez cuernos; y sobre sus cuernos diez diademas; y sobre las cabezas de ella nombre de blasfemia.
Y prendió al dragón, aquella serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, y le ató por mil años;
(H40-10) He aquí ahora behemoth, al cual yo hice contigo; Hierba come como buey. (H40-11) He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos, Y su fortaleza en el ombligo de su vientre. (H40-12) Su cola mueve como un cedro, Y los nervios de sus genitales son entretejidos. (H40-13) Sus huesos son fuertes como bronce, Y sus miembros como barras de hierro. (H40-14) El es la cabeza de los caminos de Dios: El que lo hizo, puede hacer que su cuchillo á él se acerque. (H40-15) Ciertamente los montes producen hierba para él: Y toda bestia del campo retoza allá. (H40-16) Echaráse debajo de las sombras, En lo oculto de las cañas, y de los lugares húmedos. (H40-17) Los árboles sombríos lo cubren con su sombra; Los sauces del arroyo lo cercan. (H40-18) He aquí que él tomará el río sin inmutarse: Y confíase que el Jordán pasará por su boca. (H40-19) ¿Tomarálo alguno por sus ojos en armadijos, Y horadará su nariz?
Tú hendiste la mar con tu fortaleza: Quebrantaste cabezas de ballenas en las aguas.
Hace hervir como una olla la profunda mar, Y tórnala como una olla de ungüento.
Por debajo tiene agudas conchas; Imprime su agudez en el suelo.