Ay del impío! mal le irá: porque según las obras de sus manos le será pagado.
No os engañeis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
El que cavare sima, caerá en ella: Y el que revuelva la piedra, á él volverá.
Así que, todas las cosas que quisierais que los hombres hiciesen con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esta es la ley y los profetas.
No os venguéis vosotros mismos, amados míos; antes dad lugar á la ira; porque escrito está: Mía es la venganza: yo pagaré, dice el Señor.
El viento tira hacia el mediodía, y rodea al norte; va girando de continuo, y á sus giros torna el viento de nuevo. Los ríos todos van á la mar, y la mar no se hinche; al lugar de donde los ríos vinieron, allí tornan para correr de nuevo.
Si dijéremos que no tenemos pecado, nos engañamos á nosotros mismos, y no hay verdad en nosotros.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.
El que sembrare iniquidad, iniquidad segará: Y consumiráse la vara de su ira.
NO se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
Porque sembraron viento, y torbellino segarán: no tendrán mies, ni el fruto hará harina; si la hiciere, extraños la tragarán.
Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.