El testigo falso no quedará sin castigo; Y el que habla mentiras, perecerá.
Mas á los temerosos é incrédulos, á los abominables y homicidas, á los fornicarios y hechiceros, y á los idólatras, y á todos los mentirosos, su parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Vosotros de vuestro padre el diablo sois, y los deseos de vuestro padre queréis cumplir. Él, homicida ha sido desde el principio, y no permaneció en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre d
El testigo verdadero no mentirá: Mas el testigo falso hablará mentiras.
Como escoria de plata echada sobre el tiesto, Son los labios enardecidos y el corazón malo. Otro parece en los labios al que aborrece; Mas en su interior pone engaño. Cuando hablare amigablemente, no le creas; Porque siete abominaciones hay en su corazón. Encúbrese el odio con disimulo; Mas su malicia será descubierta en la congregación. El que cavare sima, caerá en ella: Y el que revuelva la piedra, á él volverá. La falsa lengua atormenta al que aborrece: Y la boca lisonjera hace resbaladero.
El justo aborrece la palabra de mentira: Mas el impío se hace odioso é infame.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.
NO admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso.
No os venguéis vosotros mismos, amados míos; antes dad lugar á la ira; porque escrito está: Mía es la venganza: yo pagaré, dice el Señor.
Sepulcro abierto es su garganta; Con sus lenguas tratan engañosamente; Veneno de áspides está debajo de sus labios;
Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, y los disolutos, y los homicidas, y los idólatras, y cualquiera que ama y hace mentira.
EN esto, juntándose muchas gentes, tanto que unos á otros se hollaban, comenzó á decir á sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los Fariseos, que es hipocresía. Porque nada hay encubierto, que no haya de ser descubierto; ni oculto, que no haya de ser sabido. Por tanto, las cosas que dijisteis en tinieblas, á la luz serán oídas; y lo que hablasteis al oído en las cámaras, será pregonado en los terrados. Mas os digo, amigos míos: No temáis de los que matan el cuerpo, y después no tienen más que hacer. Mas os enseñaré á quién temáis: temed á aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en la Gehenna: así os digo: á éste temed. ¿No se venden cinco pajarillos por dos blancas? pues ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. Y aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis pues: de más estima sois que muchos pajarillos. Y os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del hombre le confesará delante de los ángeles de Dios; Mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. Y todo aquel que dice palabra contra el Hijo del hombre, le será perdonado; mas al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado....
Pero si tenéis envidia amarga y contención en vuestros corazones, no os gloriés, ni seáis mentirosos contra la verdad:
Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente,
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros? Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad.
Conociendo esto, que la ley no es puesta para el justo, sino para los injustos y para los desobedientes, para los impíos y pecadores, para los malos y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, Para los fornicarios, para los sodomitas, para los ladrones de hombres, para los mentirosos y ladrones de hombres, para los mentirosos y fjperjuros, y si hay alguna otra cosa contraria á la sana doctrina; Según el evangelio de la gloria del Dios bendito, el cual á mí me ha sido encargado.