Porque en su mano están las profundidades de la tierra, Y las alturas de los montes son suyas. Suya también la mar, pues él la hizo; Y sus manos formaron la seca.
El fundó la tierra sobre sus basas; No será jamás removida. Con el abismo, como con vestido, la cubriste; Sobre los montes estaban las aguas. A tu reprensión huyeron; Al sonido de tu trueno se apresuraron; Subieron los montes, descendieron los valles, Al lugar que tú les fundaste. Pusísteles término, el cual no traspasarán; Ni volverán á cubrir la tierra.