Predicando el reino de Dios y enseñando lo que es del Señor Jesucristo con toda libertad, sin impedimento.
Y por mí, para que me sea dada palabra en el abrir de mi boca con confianza, para hacer notorio el misterio del evangelio,
También os rogamos, hermanos, que amonestéis á los que andan desordenadamente, que consoléis á los de poco ánimo, que soportéis á los flacos, que seáis sufridos para con todos.
Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia,