Gracia á vosotros y paz de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Y oí una voz del cielo que me decía: Escribe: Bienaventurados los muertos que de aquí adelante mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, que descansarán de sus trabajos; porque sus obras con ellos siguen.
Estimada es en los ojos de Jehová La muerte de sus santos.
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
No os volváis á los encantadores y á los adivinos: no los consultéis ensuciándoos con ellos: Yo Jehová vuestro Dios.
El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
PARA todas las cosas hay sazón, y todo lo que se quiere debajo del cielo, tiene su tiempo: Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; Tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; Tiempo de llorar, y tiempo de reir; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; Tiempo de esparcir las piedras, y tiempo de allegar las piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de alejarse de abrazar; Tiempo de agenciar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de arrojar; Tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; Tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz. ¿Qué provecho tiene el que trabaja en lo que trabaja? Yo he visto el trabajo que Dios ha dado á los hijos de los hombres para que en él se ocupasen....
Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen. Porque él conoce nuestra condición; Acuérdase que somos polvo. El hombre, como la hierba son sus días, Florece como la flor del campo. Que pasó el viento por ella, y pereció: Y su lugar no la conoce más.