¿Qué Dice la Biblia?

Nuestros Seres Queridos Fallecidos

Filemón 1:3 / RVR

Gracia á vosotros y paz de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

Apocalipsis 14:13 / RVR

Y oí una voz del cielo que me decía: Escribe: Bienaventurados los muertos que de aquí adelante mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, que descansarán de sus trabajos; porque sus obras con ellos siguen.

Salmos 116:15 / RVR

Estimada es en los ojos de Jehová La muerte de sus santos.

S. Lucas 23:43 / RVR

Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso.

S. Juan 3:16 / RVR

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

S. Marcos 16:16 / RVR

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

Levítico 19:31 / RVR

No os volváis á los encantadores y á los adivinos: no los consultéis ensuciándoos con ellos: Yo Jehová vuestro Dios.

S. Juan 10:10 / RVR

El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Eclesiastés 3:1-22 / RVR

PARA todas las cosas hay sazón, y todo lo que se quiere debajo del cielo, tiene su tiempo: Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; Tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; Tiempo de llorar, y tiempo de reir; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; Tiempo de esparcir las piedras, y tiempo de allegar las piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de alejarse de abrazar; Tiempo de agenciar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de arrojar; Tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; Tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz. ¿Qué provecho tiene el que trabaja en lo que trabaja? Yo he visto el trabajo que Dios ha dado á los hijos de los hombres para que en él se ocupasen....

Salmos 103:13-16 / RVR

Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen. Porque él conoce nuestra condición; Acuérdase que somos polvo. El hombre, como la hierba son sus días, Florece como la flor del campo. Que pasó el viento por ella, y pereció: Y su lugar no la conoce más.

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