Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Mas tú, cuando oras, éntrate en tu cámara, y cerrada tu puerta, ora á tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público.
Luego la fe es por el oir; y el oir por la palabra de Dios.
Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual, sin engaño, para que por ella crezcáis en salud:
Y aconteció que yendo, entró él en una aldea: y una mujer llamada Marta, le recibió en su casa. Y ésta tenía una hermana que se llamaba María, la cual sentándose á los pies de Jesús, oía su palabra. Empero Marta se distraía en muchos servicios; y sobreviniendo, dice: Señor, ¿no tienes cuidado que mi hermana me deja servir sola? Dile pues, que me ayude. Pero respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, cuidadosa estás, y con las muchas cosas estás turbada: Empero una cosa es necesaria; y María escogió la buena parte, la cual no le será quitada.
NUN. Lámpara es á mis pies tu palabra, Y lumbrera á mi camino.
Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia,
Ninguno puede servir á dos señores; porque ó aborrecerá al uno y amará al otro, ó se llegará al uno y menospreciará al otro: no podéis servir á Dios y á Mammón.
Y sabemos que á los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien, es á saber, á los que conforme al propósito son llamados.
Sino santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre aparejados para responder con masedumbre y reverencia á cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros:
Para que la comunicación de tu fe sea eficaz, en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros, por Cristo Jesús.
YO soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, le quitará: y todo aquel que lleva fruto, le limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado. Estad en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no estuviere en la vid; así ni vosotros, si no estuviereis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: el que está en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer.
Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios: No por obras, para que nadie se gloríe.
AHORA pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme á la carne, mas conforme al espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible á la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios enviando á su Hijo en semejanza de carne de pecado, y á causa del pecado, condenó al pecado en la carne; Para que la justicia de la ley fuese cumplida en nosotros, que no andamos conforme á la carne, mas conforme al espíritu. Porque los que viven conforme á la carne, de las cosas que son de la carne se ocupan; mas los que conforme al espíritu, de las cosas del espíritu. Porque la intención de la carne es muerte; mas la intención del espíritu, vida y paz: Por cuanto la intención de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujeta á la ley de Dios, ni tampoco puede. Así que, los que están en la carne no pueden agradar á Dios. Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él. Empero si Cristo está en vosotros, el cuerpo á la verdad está muerto á causa del pecado; mas el espíritu vive á causa de la justicia....
En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.
Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos.