Y todo lo que hagáis, hacedlo de ánimo, como al Señor, y no á los hombres;
Porque los que son de Cristo, han crucificado la carne con los afectos y concupiscencias.
Si pues coméis, ó bebéis, ó hacéis otra cosa, haced lo todo á gloria de Dios.
¿A quién tengo yo en los cielos? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen: Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.
Amándoos los unos á los otros con caridad fraternal; previniéndoos con honra los unos á los otros; En el cuidado no perezosos; ardientes en espíritu; sirviendo al Señor;
Y si no tienen don de continencia, cásense; que mejor es casarse que quemarse.