Antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdónandoos los unos á los otros, como también Dios os perdonó en Cristo.
El hombre iracundo mueve contiendas: Mas el que tarde se enoja, apaciguará la rencilla.
Ninguna palabra torpe salga de vuestra boca, sino la que sea buena para edificación, para que dé gracia á los oyentes.
LA blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor.