Porque si perdonareis á los hombres sus ofensas, os perdonará también á vosotros vuestro Padre celestial. Mas si no perdonareis á los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
Antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdónandoos los unos á los otros, como también Dios os perdonó en Cristo.
Mas si no perdonareis á los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y partiendo sus vestidos, echaron suertes.
Entonces Pedro, llegándose á él, dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré á mi hermano que pecare contra mí? ¿hasta siete? Jesús le dice: No te digo hasta siete, mas aun hasta setenta veces siete. Por lo cual, el reino de los cielos es semejante á un hombre rey, que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando á hacer cuentas, le fué presentado uno que le debía diez mil talentos. Mas á éste, no pudiendo pagar, mandó su señor venderle, y á su mujer é hijos, con todo lo que tenía, y que se le pagase. Entonces aquel siervo, postrado, le adoraba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor, movido á misericordia de aquel siervo, le soltó y le perdonó la deuda. Y saliendo aquel siervo, halló á uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y trabando de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que debes. Entonces su consiervo, postrándose á sus pies, le rogaba, diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Mas él no quiso; sino fué, y le echó en la cárcel hasta que pagase la deuda....