Porque aun estando con vosotros, os denunciábamos esto: Que si alguno no quisiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que andan algunos entre vosotros fuera de orden, no trabajando en nada, sino ocupados en curiosear. Y á los tales requerimos y rogamos por nuestro Señor Jesucristo, que, trabajando con reposo, coman su pan. Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien. Y si alguno no obedeciere á nuestra palabra por carta, notad al tal, y no os juntéis con él, para que se avergüence. Mas no lo tengáis como á enemigo, sino amonestadle como á hermano.
Porque cada cual llevará su carga.
Y no comuniquéis con las obras infructuosas de las tinieblas; sino antes bien redargüidlas.
La mano negligente hace pobre: Mas la mano de los diligentes enriquece.
Porque el que le dice bienvenido, comunica con sus malas obras.
Mas él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste á los soberbios, y da gracia á los humildes.
Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia; á fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo que basta, abundéis para toda buena obra: