Así que, tomando el reino inmóvil, vamos á Dios agradándole con temor y reverencia;
Y dijo: No te llegues acá: quita tus zapatos de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.
Solamente temed á Jehová, y servidle de verdad con todo vuestro corazón, porque considerad cuán grandes cosas ha hecho con vosotros.
El cual en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fué oído por su reverencial miedo.
Con misericordia y verdad se corrige el pecado: Y con el temor de Jehová se apartan del mal los hombres.
Sujetados los unos á los otros en el temor de Dios.