El corazón alegre produce buena disposición: Mas el espíritu triste seca los huesos.
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque comprados sois por precio: glorificad pues á Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas cosas, y que tengas salud, así como tu alma está en prosperidad.
Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal: porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
Panal de miel son los dichos suaves. Suavidad al alma y medicina á los huesos.
Si pues coméis, ó bebéis, ó hacéis otra cosa, haced lo todo á gloria de Dios.
Hijo mío, está atento á mis palabras; Inclina tu oído á mis razones. No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón. Porque son vida á los que las hallan, Y medicina á toda su carne.
¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
No seas sabio en tu opinión: Teme á Jehová, y apártate del mal; Porque será medicina á tu ombligo, Y tuétano á tus huesos.
Mas las fábulas profanas y de viejas desecha, y ejercítate para la piedad. Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso; mas la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.
El cual mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros siendo muertos á los pecados, vivamos á la justicia: por la herida del cual habéis sido sanados.
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fué por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados.
En amor no hay temor; mas el perfecto amor echa fuera el temor: porque el temor tiene pena. De donde el que teme, no está perfecto en el amor.
Y crió Dios al hombre á su imagen, á imagen de Dios lo crió; varón y hembra los crió.