Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mí: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó á sí mismo por mí.
Porque no nos predicamos á nosotros mismos, sino á Jesucristo, el Señor; y nosotros vuestros siervos por Jesús.
El que tiene mis mandamientos, y los guarda, aquél es el que me ama; y el que me ama, será amado de mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré á él.
Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, mas para aquel que murió y resucitó por ellos.
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que digo?
Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Pon asimismo tu delicia en Jehová, Y él te dará las peticiones de tu corazón. Encomienda á Jehová tu camino, Y espera en él; y él hará.