Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.
Entonces Pedro, llegándose á él, dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré á mi hermano que pecare contra mí? ¿hasta siete? Jesús le dice: No te digo hasta siete, mas aun hasta setenta veces siete.
El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
(H2-2) Y oró Jonás desde el vientre del pez á Jehová su Dios. (H2-3) Y dijo: Clamé de mi tribulación á Jehová, Y él me oyó; Del vientre del sepulcro clamé, Y mi voz oiste. (H2-4) Echásteme en el profundo, en medio de los mares, Y rodeóme la corriente; Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. (H2-5) Y yo dije: Echado soy de delante de tus ojos: Mas aun veré tu santo templo. (H2-6) Las aguas me rodearon hasta el alma, Rodeóme el abismo; La ova se enredó á mi cabeza. (H2-7) Descendí á las raíces de los montes; La tierra echó sus cerraduras sobre mí para siempre: Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío. (H2-8) Cuando mi alma desfallecía en mí, acordéme de Jehová; Y mi oración entró hasta ti en tu santo templo. (H2-9) Los que guardan las vanidades ilusorias, Su misericordia abandonan. (H2-10) Yo empero con voz de alabanza te sacrificaré; Pagaré lo que prometí. La salvación pertenece á Jehová. (H2-11) Y mandó Jehová al pez, y vomitó á Jonás en tierra.
En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salud te he socorrido: he aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salud:)
Porque no envió Dios á su Hijo al mundo, para que condene al mundo, mas para que el mundo sea salvo por él.
No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis á memoria las cosas antiguas.
Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Porque la paga del pecado es muerte: mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Esto reduciré á mi corazón, por lo cual esperaré. Es por la misericordia de Jehová que no somos consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros? Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad.