No erréis: las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.
Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.
Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos. Porque si alguno oye la palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se consideró á sí mismo, y se fué, y luego se olvidó qué tal era. Mas el que hubiere mirado atentamente en la perfecta ley, que es la de la libertad, y perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho.
Si fueres sabio, para ti lo serás: Mas si fueres escarnecedor, pagarás tú solo.
Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; Guarda la ley y el consejo;
Mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio juntamente sus conciencias, y acusándose y también excusándose sus pensamientos unos con otros;
El temor de Jehová es el principio de la sabiduría; Y la ciencia de los santos es inteligencia.