Y mirándo los Jesús, les dijo: Para con los hombres imposible es esto; mas para con Dios todo es posible.
Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza.
NUN. Lámpara es á mis pies tu palabra, Y lumbrera á mi camino.
ALABAD á Jehová, porque es bueno; Porque para siempre es su misericordia. Diga ahora Israel: Que para siempre es su misericordia. Diga ahora la casa de Aarón: Que para siempre es su misericordia. Digan ahora los que temen á Jehová: Que para siempre es su misericordia. Desde la angustia invoqué á JAH; Y respondióme JAH, poniéndome en anchura. Jehová está por mí: no temeré Lo que me pueda hacer el hombre. Jehová está por mí entre los que me ayudan: Por tanto yo veré mi deseo en los que me aborrecen. Mejor es esperar en Jehová Que esperar en hombre. Mejor es esperar en Jehová Que esperar en príncipes. Todas las gentes me cercaron: En nombre de Jehová, que yo los romperé....
He aquí, tenemos por bienaventurados á los que sufren. Habéis oído la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y piadoso.
Al Músico principal: sobre Neginoth: Salmo de David. OYE, oh Dios, mi clamor; A mi oración atiende. Desde el cabo de la tierra clamaré á ti, cuando mi corazón desmayare: A la peña más alta que yo me conduzcas. Porque tú has sido mi refugio, Y torre de fortaleza delante del enemigo. Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre: Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas. Porque tú, oh Dios, has oído mis votos, Has dado heredad á los que temen tu nombre. Días sobre días añadirás al rey: Sus años serán como generación y generación. Estará para siempre delante de Dios: Misericordia y verdad prepara que lo conserven. Así cantaré tu nombre para siempre, Pagando mis votos cada día.
Porque hermanos, no queremos que ignoréis de nuestra tribulación que nos fué hecha en Asia; que sobremanera fuimos cargados sobre nuestras fuerzas de tal manera que estuviésemos en duda de la vida. Mas nosotros tuvimos en nosotros mismos respuesta de muerte, para que no confiemos en nosotros mismos, sino en Dios que levanta los muertos: El cual nos libró y libra de tanta muerte; en el cual esperamos que aun nos librará; Ayudándonos también vosotros con oración por nosotros, para que por la merced hecha á nos por respeto de muchos, por muchos sean hechas gracias por nosotros.
Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo.
Pero cuando viniere aquel Espíritu de verdad, él os guiará á toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir.
Toda buena dádiva y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.