No toma placer el necio en la inteligencia, Sino en lo que su corazón se descubre.
El necio da suelta á todo su espíritu; Mas el sabio al fin le sosiega.
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová: Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
No te apresures en tu espíritu á enojarte: porque la ira en el seno de los necios reposa.
Los sabios guardan la sabiduría: Mas la boca del loco es calamidad cercana.
Si el hombre sabio contendiere con el necio, Que se enoje ó que se ría, no tendrá reposo.
Al Músico principal: Salmo de David. DIJO el necio en su corazón: No hay Dios. Corrompiéronse, hicieron obras abominables; No hay quien haga bien. Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Por ver si había algún entendido, Que buscara á Dios. Todos declinaron, juntamente se han corrompido: No hay quien haga bien, no hay ni siquiera uno. ¿No tendrán conocimiento todos los que obran iniquidad, Que devoran á mi pueblo como si pan comiesen, Y á Jehová no invocaron?
Vete de delante del hombre necio, Porque en él no advertirás labios de ciencia. La ciencia del cuerdo es entender su camino: Mas la indiscreción de los necios es engaño. Los necios se mofan del pecado: Mas entre los rectos hay favor.
La boca del necio es quebrantamiento para sí, Y sus labios son lazos para su alma.
Los labios de los sabios esparcen sabiduría: Mas no así el corazón de los necios.
Y cualquiera que me oye estas palabras, y no las hace, le compararé á un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;
El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Al Músico principal: Salmo de David. DIJO el necio en su corazón: No hay Dios. Corrompiéronse, hicieron obras abominables; No hay quien haga bien.
El necio dobla sus manos y come su carne.