El pecado, pues, está en aquel que sabe hacer lo bueno, y no lo hace.
Cualquiera que hace pecado, traspasa también la ley; pues el pecado es transgresión de la ley.
¿NO clama la sabiduría, Y da su voz la inteligencia? En los altos cabezos, junto al camino, A las encrucijadas de las veredas se para; En el lugar de las puertas, á la entrada de la ciudad, A la entrada de las puertas da voces: Oh hombres, á vosotros clamo; Y mi voz es á los hijos de los hombres. Entended, simples, discreción; Y vosotros, locos, entrad en cordura. Oid, porque hablaré cosas excelentes; Y abriré mis labios para cosas rectas. Porque mi boca hablará verdad, Y la impiedad abominan mis labios. En justicia son todas las razones de mi boca; No hay en ellas cosa perversa ni torcida. Todas ellas son rectas al que entiende, Y razonables á los que han hallado sabiduría. Recibid mi enseñanza, y no plata; Y ciencia antes que el oro escogido....
Porque cualquiera que hubiere guardado toda la ley, y ofendiere en un punto, es hecho culpado de todos.
El testigo falso no quedará sin castigo; Y el que habla mentiras no escapará.