Pon asimismo tu delicia en Jehová, Y él te dará las peticiones de tu corazón.
Así que, no os congojéis por el día de mañana; que el día de mañana traerá su fatiga: basta al día su afán.
El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
Enséñanos de tal modo á contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.
NO te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí el día.
Porque tú poseiste mis riñones; Cubrísteme en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras: Estoy maravillado, Y mi alma lo conoce mucho. No fué encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fuí formado, Y compaginado en lo más bajo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.
Y Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo es posible.
Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza.
Me mostrarás la senda de la vida: Hartura de alegrías hay con tu rostro; Deleites en tu diestra para siempre.
Y no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es un vapor que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
El corazón del hombre piensa su camino: Mas Jehová endereza sus pasos.
Alabaré á Jehová en mi vida: Cantaré salmos á mi Dios mientras viviere.
SI yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo á ser como metal que resuena, ó címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo caridad, nada soy. Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer a pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve. La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sinrazón, no se ensancha; No es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal; No se huelga de la injusticia, mas se huelga de la verdad; Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. La caridad nunca deja de ser: mas las profecías se han de acabar, y cesarán las lenguas, y la ciencia ha de ser quitada; Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; Mas cuando venga lo que es perfecto, entonces lo que es en parte será quitado....