Como el que enloquece, y echa llamas Y saetas y muerte, Tal es el hombre que daña á su amigo, Y dice: Ciertamente me chanceaba.
Ninguna palabra torpe salga de vuestra boca, sino la que sea buena para edificación, para que dé gracia á los oyentes.
Por lo cual, dejada la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
El hombre perverso levanta contienda; Y el chismoso aparta los mejores amigos.
LA blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor. La lengua de los sabios adornará la sabiduría: Mas la boca de los necios hablará sandeces. Los ojos de Jehová están en todo lugar, Mirando á los malos y á los buenos. La sana lengua es árbol de vida: Mas la perversidad en ella es quebrantamiento de espíritu. El necio menosprecia el consejo de su padre: Mas el que guarda la corrección, vendrá á ser cuerdo. En la casa del justo hay gran provisión; Empero turbación en las ganancias del impío. Los labios de los sabios esparcen sabiduría: Mas no así el corazón de los necios. El sacrificio de los impíos es abominación á Jehová: Mas la oración de los rectos es su gozo. Abominación es á Jehová el camino del impío: Mas él ama al que sigue justicia. La reconvención es molesta al que deja el camino: Y el que aborreciere la corrección, morirá....
Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad en vuestras puertas verdad y juicio de paz:
Las palabras del chismoso parecen blandas, Y descienden hasta lo íntimo del vientre.
Y sobre todo, tened entre vosotros ferviente caridad; porque la caridad cubrirá multitud de pecados.
Y no os conforméis á este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
El carbón para brasas, y la leña para el fuego: Y el hombre rencilloso para encender contienda.
Sin leña se apaga el fuego: Y donde no hay chismoso, cesa la contienda.
Las palabras del chismoso parecen blandas; Mas ellas entran hasta lo secreto del vientre.
El que no detrae con su lengua, Ni hace mal á su prójimo, Ni contra su prójimo acoge oprobio alguno.